La casa AGL se ubica en la Ribera Alta de Navarra, en un ámbito de nuevo desarrollo próximo a la vega del río Arga. La parcela conforma uno de los extremos de un grupo de viviendas unifamiliares adosadas que cuentan con una pequeña zona de jardín al frente y otra de mayor dimensión en su parte posterior.

El conjunto de viviendas queda regulado, según la normativa urbanística, por una serie de condiciones de alineaciones, separación a las calles, fondo máximo edificable, altura y volumen máximo construido. Éstas condiciones determinan, por aplicación directa, un resultado final previsible.

Sin embargo, la voluntad de los clientes de realizar una construcción más comedida y, por tanto, no agotar la edificabilidad disponible, se convierte en oportunidad para el proyecto ya que permite plantear una solución más rica, acorde con el programa deseado, y que aprovecha mejor las condiciones del lugar.

Además del programa habitual de vivienda, la propiedad demanda un espacio amplio que pueda servir como garaje y taller y que incluso pueda albergar otros usos esporádicos. Ambas piezas, vivienda y garaje-taller, se articulan mediante un patio, entendido éste como una substracción sobre el volumen máximo permitido, que hace las veces de acceso principal de la casa y actúa como filtro entre la calle y el jardín posterior.

La casa responde a la exigencia normativa de establecer una continuidad con las fachadas del resto de la calle, pero la menor altura del volumen destinado a garaje-taller singulariza la esquina del conjunto de manzana y se adapta a la escala de la calle lateral.

El patio es el centro de la casa y a él abren sus espacios principales. Está presidido por un gran hogar exento, previsto para albergar una futura zona de cocinado al exterior que haga posible aprovechar los numerosos días de buen tiempo de los que goza la comarca.

La secuencia de acceso a través del patio, tanto a la casa como al jardín posterior, se desarrolla mediante la apertura de unos grandes portones correderos que permiten diferentes configuraciones en función del grado de privacidad deseado.

La casa queda caracterizada por una paleta reducida de materiales, la variabilidad que aportan los portones correderos y la expresividad de las sombras que arrojan los elementos de protección solar de los huecos. Al interior el sistema estructural se pone de manifiesto, configurando éste los diferentes espacios que quedan comunicados mediante puertas correderas de suelo a techo para dotarlos de una mayor continuidad.